Relación con los demás
La paternidad inconsciente
La mayoría de padres y madres hacemos con nuestros hijos lo mismo que nuestros progenitores hicieron con nosotros: condicionarnos para pensar y comportarnos de una determinada manera.
Relación con los demás
La mayoría de padres y madres hacemos con nuestros hijos lo mismo que nuestros progenitores hicieron con nosotros: condicionarnos para pensar y comportarnos de una determinada manera.
Hollywood, Disney y la música Pop llevan décadas vendiéndonos la teoría de la media naranja, según la cual necesitamos encontrar a nuestra otra mitad para sentirnos completos y felices. Sin embargo, este amor romántico está en decadencia. Es hora de convertirnos en naranjas enteras.
El Máster en Pareja y Sexualidad Consciente es un proceso de desarrollo personal y educación sexual para que aprendas a amarte a ti mismo y sepas crear conexiones íntimas basadas en el amor y la libertad.
Las madres (y los padres) conscientes no esperan que sus hijos se comporten de una determinada manera, sino que los acompañan emocionalmente para que aprendan a ser felices.
En la mayoría de parejas contemporáneas –completamente enjauladas por ese carcelero llamado “ego”–no termina de florecer el verdadero amor porque se coarta e impide la libertad.
Los “feelfreenianos” son individuos libres y conscientes que construyen sus relaciones desde el ser, trabajándose interiormente para respetar y potenciar la libertad de los demás.
La infancia nos deja multitud de heridas en relación con nuestros padres. Para estar en paz con nosotros mismos no nos queda más remedio que dejar de culparlos y aprender a perdonarlos.
Somos una sociedad de niños traumados que siguen en guerra con papá y mamá. Hasta que no nos liberemos de su influencia psicológica –y nos emancipemos emocionalmente de ellos– no lograremos estar verdaderamente en paz con nosotros mismos.
Amarse a uno mismo es el gran aprendizaje vital que hemos de realizar para poder ser felices y disfrutar de una vida plena. Para lograrlo, hemos de aprender de los tres maestros de la autoestima: los padres, la pareja y los hijos.
Cada vez más parejas están recuperando el espíritu de cuando eran novios, llegando a acuerdos para respetar la libertad de cada uno, evitando así que el amor caiga en las garras de la rutina, el hastío y la monotonía.
Saber gestionar la fama es un desafío para el ego. Principalmente porque cambia la percepción que los demás tienen de ti. La persona queda muchas veces sepultada por el personaje público.
Uno de los mayores miedos del ser humano es destacar, sobresalir y salirse de la conformidad. Sobre todo por los juicios y críticas que puedan recibir por parte de los demás, movidos por el virus social llamado "envidia".
Elegir a nuestra pareja es una de las decisiones más importantes que tomamos en la vida. De ahí que antes de comprometernos de verdad sea fundamental verificar si existe una sólida compatibilidad física, emocional, intelectual y espiritual.
Obligaciones familiares. Excesos materiales. Conflictos emocionales… Si Jesús de Nazaret levantara la cabeza, posiblemente se rebelaría contra la manera en la que la sociedad recuerda y celebra su nacimiento.
La experiencia de la maternidad es la más bonita de la vida. Pero también la más agotadora y desafiante, especialmente durante los primeros años. Antes de traer a un bebé al mundo, más vale estar bien preparado.
La madurez no se consigue con los años, sino que deviene cuando nos emancipamos emocionalmente de nuestros padres. Y es que los conflictos que no resolvemos con ellos, nos marcan y acompañan el resto de la vida.
Estamos constantemente juzgándonos los unos a los otros, pasando por alto que todo el mundo lo hace lo mejor que puede. Al reconocer y aceptar nuestras propias limitaciones, empezamos a mirar a los demás con otros ojos.
Con la finalidad de preservar la inocencia con la que nacimos, solemos quejarnos y victimizarnos constantemente, culpando a los demás, a nuestras circunstancias e incluso a la vida por todo lo ‘malo’ que nos sucede.
Formamos parte de una gigantesca red de relaciones. Pero más allá de los vínculos que creamos por obligación, interés y necesidad, ¿con cuántas personas mantenemos una verdadera amistad, basada en la confianza y en la libertad?
Muchas personas no son capaces de relacionarse con sus padres sin entrar en conflicto, cargando a sus espaldas una ‘mochila emocional’ repleta de miedos, complejos y frustraciones que les impide disfrutar de la vida.
Todos queremos evitar el sufrimiento y ser felices. Sin embargo, debido a cómo hemos sido condicionados y programados por la sociedad solemos vivir de tal forma que hacemos imposible la verdadera felicidad.
Todos deseamos amar y ser amados. Sin embargo, muchas relaciones terminan convirtiéndose en sinónimo de sufrimiento. A pesar de nuestras buenas intenciones, pocas parejas logran mantener encendida la llama del amor.
Nuestros problemas con los demás son un reflejo de nuestros conflictos internos. Mientras no apacigüemos nuestra mente y serenemos nuestro corazón seguiremos luchando contra lo exterior.
Más allá de seguir viviendo el sexo de forma inconsciente y mecánica, el tantra propone disfrutar del sexo como la expresión más elevada de amor entre dos personas.