Por Borja Vilaseca
Existen tres maneras muy diferentes de afrontar el infierno psicológico que experimentamos cuando nos adentramos en la noche oscura del alma. Es decir, cuando nuestras circunstancias nos desbordan y nuestra situación de vida se vuelve inaguantable. La primera es la más común de todas. Se trata de recurrir a la «medicación». Y más concretamente, al consumo diario de sedantes y tranquilizantes. De este modo, las personas obtienen alivio a corto plazo, empleando estos parches para anestesiar el dolor, aplacando el vacío y la angustia existencial. Así es como dejan de sufrir instantáneamente.
Si bien en muchos casos este tipo de fármacos resultan necesarios y ofrecen beneficios incuestionables, en general su abuso mantiene a la población dormida y anestesiada. De hecho, quienes los consumen dejan de sentir. No en vano, su estado de ánimo es artificial; sus ojos carecen del brillo de quienes se sienten verdaderamente vivos. Lamentablemente, muchos se vuelven adictos y dependientes de estos medicamentos. Y si bien tienen efectos secundarios nocivos para la salud, mucha gente ya no puede vivir sin ellos.
No se sabe qué porcentaje de la población toma antidepresivos, pero son muchos más de los que nos imaginamos. Cada caso es un mundo, pero los números hablan por sí solos. Las ventas de estas pastillas en todo el mundo crecen alrededor del 15% cada año desde hace más de una década [1]. Lo mismo sucede con el consumo de drogas legales ⎯como el café, el tabaco o el alcohol⎯, así como con las drogas ilegales, lideradas por el cannabis, la cocaína, el éxtasis o la heroína [2]. Todas ellas van en aumento, poniendo de manifiesto que somos una sociedad de drogadictos. De alguna forma u otra todos andamos dopados. Son muy pocos los que se mantienen sobrios.
La segunda forma de encarar el colapso emocional que experimentamos durante la noche oscura del alma es el «suicidio». El acto de quitarse la vida representa el colmo del ego. Y sucede cuando el sufrimiento se vuelve insoportable, provocando que en la mente del suicida tan solo aparezcan pensamientos negativos y autodestructivos. De ahí que se autoconvenza de que la única salida ⎯o liberación⎯ es acabar consigo mismo.
Medicarse y suicidarse son dos opciones válidas y legítimas. Sin embargo, son los remedios que el ego emplea para no tener que confrontarse a sí mismo. Hacerlo supondría el inicio de su fin. De ahí que ninguna de las dos solucione el verdadero problema: la identificación con el yo ilusorio y la desconexión-negación del ser esencial. En este sentido, existe una tercera manera de abordar la noche oscura del alma: la «transformación». En este caso, en vez de buscar alivio nos comprometemos con iniciar el incomodísimo pero necesario proceso de curación. Y en lugar de tapar y anestesiar el dolor, lo aceptamos y abrazamos como parte de nuestra sanación.
NADIE PUEDE SACARNOS DEL POZO
“La vida te rompe y te quiebra en tantas partes como sea necesario para que por allí penetre la luz.”
(Bert Hellinger)
Tocar fondo es una de las experiencias más importantes que vamos a vivir a lo largo de nuestra existencia. Eso sí, para sobrevivir a este infierno sin la ayuda de parches antes hemos de comprehender que nada ni nadie puede sacarnos del pozo. Por supuesto, el acompañamiento psicoterapéutico y el apoyo de familiares y amigos siempre suman. Pero en última instancia solamente nosotros podemos levantarnos, un esfuerzo que logramos con la ayuda del suelo, que para eso está ahí.
Independientemente de cuál sea el proceso terapéutico que sigamos, al ponernos nuevamente de pie conectamos con una fuerza interior que no sabíamos que teníamos, también conocida como «resiliencia» o «espíritu de superación». Así es como podemos afrontar las desgracias y los infortunios con «estoicismo». Es decir, con fortaleza, serenidad y aceptación. Y es que sin importar que tan grave o dramático sea lo que nos ocurra, todos somos capaces de soportar y trascender nuestro destino, aprovechándolo para crecer y evolucionar como seres humanos.
Esta toma de consciencia nos lleva a gozar de una nueva y renovada madurez. De golpe y porrazo dejamos de ridiculizar y oponernos al autoconocimiento, aceptándolo como un proceso natural y necesario para aprender a estar verdaderamente bien con nosotros mismos. Después de habernos desconectado y de haber negado nuestra naturaleza esencial durante tantísimos años, damos un paso de gigante en nuestro proceso evolutivo, adentrándonos en la tercera etapa del desarrollo espiritual: «la búsqueda del ser».
Es entonces cuando empezamos a transitar por la senda que más temíamos: conocernos a nosotros mismos en profundidad, mirándonos en el espejo de nuestra alma. A pesar de nuestras resistencias iniciales, nada más dar el primer paso hacia dentro todo comienza a cobrar sentido. Y nuestra vida adquiere un nuevo significado. Y si bien es increíble lo mucho que nos ha costado llegar hasta aquí, es del todo imposible que demos marcha atrás. Es lo que tiene vivir conscientemente. Por más que queramos, no hay manera de volvernos a engañar.
[1] Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
[2] Según datos del Informe Mundial sobre Drogas de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
*Fragmento extraído de mi libro “Las casualidades no existen. Espiritualidad para escépticos”.
Te puedes descargar los primeros capítulos aquí, o adquirir el libro en este enlace.
Si eres más de cursos, te recomiendo que le eches un vistazo al curso “Las casualidades no existen. 50 claves de desarrollo espiritual para despertar y vivir conscientemente”.
“Es lo que tiene vivir conscientemente”, me encanta esta frase. 🙂 Por eso la educación emocional y el autoconocimiento se hacen cada día más necesarios. Vivimos en un mundo que trata de distraernos constantemente y por eso es fácil descuidar el foco de nuestra atención hacia fuera, en lugar de proyectarlo hacia nuestro interior, donde verdaderamente hallamos las respuestas que anhelamos y la luz que realmente nos guiará e iluminará nuestro camino por la vida. Nos enseñaron a mirar fuera, a esperar de los demás, a desear lo que en gran medida no depende de nosotros.. que ignoraron la lección más importante de todas: enseñarnos a mirar hacia adentro para descubrir nuestra verdadera identidad y dejar de esperar, para empezar a ofrecer y a ser el cambio que realmente necesitamos. Gracias mil, Borja. No me cansaré de agradecerte el valioso conocimiento que compartes con la sociedad y con la gente que te admiramos. Eres mi filósofo revolucionario favorito y me encanta que la sigas liando bien parda! 🙂 Un abrazo! ♡
Excelente la reflexión, la descripción del accionar del ego muy bien explicada, y el camino del autoconocimiento y la autoeducacion fundamentales! Muchas gracias 😘 siempre es un placer enorme leerte !! Atte Inés Acosta
Para mi el suicidio no es cuestión de ego. Me parece una buena solución y para mi, la única.
Las casualidades no existen ..hace 8 dias mi hijo de 24 se intento suicidar casi la palma pero dios o quien sea no lo permitió y ahora me encuentro tu articulo ly te pregunto todavia se puede tocar mas fondo despues de esto o quizas a partir de ahora tendra la fuerza para afrontar y sanar todolo que necesita y dejar su sufrimiento que lleva desde hace casi 10 años?
Hola Borja, soy Claudia y te empece a seguír por una amiga que compartió conmigo una de tus charlas, me gusto mucho la forma de explicar el “Ser” que es, nunca lo había teeminaso de entender, por “no casualidades” llegue hasta vos, cosas que me han ido pasando y que también necesitaba pasar aquí estoy escribiendote, creo saber cual es mi eneatipo el 2 con alas 1, me identifico porque a lo largo de mi vida sin tanto drama, estaba dando pero no desde el corazón, luego pedía a cambio principalmente me pasaba con las parejas. Mi problema o mejor mi problema o no se como llamarlo, es que ahora estoy queriendo aceptarme y es muy muy duro la verdad porque siempre me aparece la vocecita de pele el grillo ( no se si sabes a que me refiero) esa vocecita interior que me taladra y intento que no me gane, luego cuando quíero hacer o interesarme en como esta alguíen me vuelve a aparecer y tengo que pensarlo mucho desde que lado lo estoy haciendo osea desde el interes o desinteres y ya cuando lo resuelvo, otra vez vuelta a empezar jajaja ( osea que paso tiempo) que puedo hacer para tener más claro esto, y aprte la tristeza que se siente se que pasará pero hay días que me siento decaída auqnue no me impide seguír hacía adelante. Espero haberme explicado bíen…. Muchas gracías!! Por lo que haces…
La espiritualidad me parece que tiene palabras muy yuppies y bonitas y se repiten hasta la saciedad.
Desde mi experiencia hay situaciones en la vida que la medicación es necesaria y es un buen recurso para poder tener algo de vida porque sino se convierte en un camino de espinas continuado.
Y con una dosis bien administrada puede darte un sostén para abordar tu vida de un forma más sana. Depende de la conciencia con la que la tomes.
Luego en la espiritualidad hay mucho charlatán y palabrería y estupideces y otras cosas las amo y son preciosas, aún así todavía queda hasta llegar a una madurez espiritual. Creo que no se debería idealizar a la espiritualidad y demonizar a fármacos y energías negativas, están ahí para que la.luz se desarrolle y crezca. No existe bien y mal solo es un equilibrio.
Buah Borja me encanta tú reflexión y no puedo estar más de acuerdo, frente al dolor o lo afrontas, o te anestesias o cortas por lo sano.
Yo hace 4 años tenía depresión y pensamientos suicidas recurrentes a diario y no fué hasta que me ví planificándolo que no me dí cuenta de la gravedad del asunto. Por suerte por debajo de todo ese ruido mental había otra voz que me susurraba dulce y bajito “Kris tú no odias la vida, odias esta vida, empieza de nuevo”.
Y eso hice, dejé el trabajo, la pareja, también amigos, fuí a la biblioteca y me atiborré de libros de espiritualidad, psicología y autoayuda. También miré un montón de videos en youtube, descubrí la meditación, el eneagrama, lo que era el Ego y luego entrené mi mente con Un curso de milagros para tener más pensamientos amorosos que egoicos y por suerte todo a dado su fruto y ahora puedo decir que llevo ya tiempo en un estado de paz y dicha casi permanente, ya no me da miedo sentir dolor o miedo, pues he aprendido que cuanto antes lo mire antes se esfuma.
Nunca fué una opción para mí anestesiar mis emociones con medicación, con drogas o alcohol, pues desde siempre he tenido mucho rechazo de tener algún tipo de dependencia externa.
El cambio más significativo diría que los pensamientos egoicos autodestructivos se han reducido mucho muchísimo y si aparecen los observo y no me los creo ni les doy fuerza. Ojalá mi testimonio pueda ayudar, igual que me ayudó a mi en su día los de otros que también pasaron por aquí y tengan la espetanza de saber que sí se puede.
Un abrazo gordo
“La vida te quiebra y te rompe en tantas partes…..” Es en verdad una frase que resume todos estos años y ponen ella mente en mil partes a la vez y en un segundo….solo sentir paz….gracias….gracias….gracias….
Diría Juan Gabriel…..”pero que necesidad…..para que tanto problema”… El autoboicot es causante de impedir el crecimiento así que …a aceptar de aquí Pal real…..un sincero abrazo
..
Hay que ser más cuidadoso cuando se critica el uso de antidepresivos. Hay depresiones endógenas y otros trastornos
mentales que requieren de tratamiento farmacológico necesariamente. En otros casos completamente de acuerdo con el artículo pero sea cuidadoso por favor.
El Maestro aparece (El Amor) cuando el Alumno está preparado (El Ser Interno).
Somos “maquinas perfectas” que pertenecemos a la Naturaleza Universal.
Sistemas celulares que se autorreconstruyen sin la necesidad de químicos externos.
Solo entendiendo que la Energía Vital es la base de todo el bienestar físico y psicoemocional en el Ser Humano, nos enfocaremos más en la Salud que en la enfermedad.