Por Borja Vilaseca

Necesitamos cambiar de actitud para adaptarnos al cambio de era. Solo así podremos sobrevivir y prosperar en el emergente escenario socioeconómico marcado por las innovaciones exponenciales que están trayendo las nuevas tecnologías.

“Winter is coming”. Estas proféticas palabras de Ned Stark, de la saga de Juego de Tronos, son perfectamente aplicables a la nueva realidad que se avecina. Ha llegado la hora del “apocalipsis”. Y no, no se trata del fin del mundo. Este vocablo griego significa “revelación” y “quitarse el velo de los ojos” para comprender la verdad incómoda que está aconteciendo.

Somos una generación de transición inmersa en un cambio de era sin precedentes en toda la historia de la humanidad. Frente a la avalancha de revoluciones y transformaciones que nos esperan a la vuelta de la esquina, no hemos de ser pesimistas ni optimistas, sino realistas. Principalmente porque los cambios no son buenos ni malos; son neutros y necesarios. No le tengamos miedo a lo nuevo y desconocido: afrontémoslo con sabiduría y madurez. Y no condenemos ni rechacemos la evolución. Más que nada porque se trata de un fenómeno imparable e inevitable.

El catedrático de estructura económica, Santiago Niño Becerra, predijo en 2008 que el sistema capitalista se había convertido “en un cadáver”.Ese año se inició la crisis sistémica en la que todavía nos encontramos. De hecho, ahora mismo se está produciendo la tercera y última fase de esta crisis, la cual representa el final de un modo de hacer las cosas y el inicio de un nuevo modelo. Jamás vamos a volver a lo de antes. Entre 2020 y 2026 vamos a presenciar la transformación radical del modelo productivo sobre el que nos hemos desarrollamos durante el siglo XX.

LA HORA DE REINVENTARSE
“Los analfabetos del siglo XXI no serán aquellos que no sepan leer y escribir, sino aquellos que no sepan aprender, desaprender y reaprender”
(Alvin Toffler)

Este cambio de era requiere que como individuos cambiemos de paradigma. Es decir, que cuestionemos nuestras viejas creencias y adoptemos una nueva actitud y mentalidad frente a la vida. Quien no haga este proceso de autoconocimiento, de transformación personal y de reinvención profesional se quedará fuera. Y pasará a ser una persona subvencionada y dependiente del resto.

Si bien los efectos de la crisis sistémica iniciada en 2008 provocaron que aproximadamente un 10% de la población despertara y se diera cuenta de la necesidad de cambio, a lo largo de los próximos años este nuevo escenario va a invitarnos al 90% restante a salir de nuestra zona de comodidad a patadas. Así, nuestra existencia va a estar gobernada por la incertidumbre, la inestabilidad y la necesidad de desaprender, aprender y reaprender para adaptarnos al cambio constante. Cada vez más personas van a descubrir que la seguridad externa es una ilusión psicológica.

Sin importar la edad que tengamos, vamos a tener que volver a la universidad. Pero no para obtener una licenciatura, sino para crecer y evolucionar como personas y profesionales y poder prosperar y realizarnos en esta nueva era. Lo cierto es que el título universitario fue en el siglo XX lo que la marca personal será en el siglo XXI. Va a ser fundamental saber quiénes somos, para qué servimos, cuál es nuestro talento, cual es nuestro propósito, qué problema resolvemos y cómo podemos orientar nuestra existencia al servicio del bien común de la sociedad.

En este sentido, seremos testigos de una revolución radical del sistema educativo. En vez de preparar a las nuevas generaciones para superar la caduca prueba de selectividad, les preparará para afrontar los nuevos desafíos y aprovechar las nuevas oportunidades que el siglo XXI plantea. Será una educación consciente orientada a aprender a ser felices, a gozar de libertad de pensamiento y a potenciar al máximo la inteligencia, la talento y la creatividad.

EL AUGE DE LA RESPONSABILIDAD PERSONAL
“La libertad conlleva responsabilidad. Por eso a la mayoría de personas les aterroriza”
(George Bernard Shaw)

A lo largo de los próximos años, la dependencia de Papá Estado y Mamá Corporación irá siendo sustituida por una nueva filosofía social: la responsabilidad personal. Dado que nadie más lo hará, no nos quedará más remedio que hacernos cargo de nosotros mismos. Nos alimentaremos de forma sana y natural para evitar caer enfermos y tener que pagar las facturas de no cuidar nuestra salud. Y en vez de tomar tantas pastillas, aprenderemos a gestionar nuestras propias emociones para dejar de basar nuestro bienestar en el consumo materialista. Aumentará mucho el trabajo comunitario, el ocio consciente y la meditación. Principalmente porque muchas personas no tendrán nada mejor que hacer, más allá de narcotizarse con la realidad virtual.

Debido a la saturación de malestar, vacío y sufrimiento que experimentarán millones de seres humanos, presenciaremos el doloroso despertar de la humanidad. En vez de perderse en lo de afuera, empezarán a buscar adentro de sí mismos. De este modo se normalizará el viaje del autoconocimiento. Y se orientalizará, todavía más, la civilización occidental. Empezarán a cambiar los valores, las prioridades y las aspiraciones de las personas. Pasaremos de una cultura orientada al bien-tener (materialismo) a otra orientada al bien-estar (posmaterialismo).

Dejaremos de vivir todos una existencia estandarizada para empezar a construir una sociedad personalizada, donde, gracias a las nuevas tecnologías, muchos seres humanos tendrán la oportunidad de vivir su propia vida de forma libre y auténtica. La propiedad privada irá poco a poco dejando paso a la economía colaborativa y al pago por uso.

Viviremos en ciudades inteligentes, donde la tecnología y la naturaleza convivirán armónicamente. A su vez, el despilfarro ecológico mutará obligatoriamente hacia un aprovechamiento de los recursos, empezando a pagar el coste real de lo que verdaderamente cuestan las cosas. Y la consciencia ecológica no será una opción, sino una necesidad colectiva para sobrevivir como especie.

Llegados a este punto, es fundamental abrazar los siguientes verbos, pues van a acompañarnos durante esta nueva y apasionante etapa de nuestra vida: reinventar, revolucionar, innovar, transformar, sanar, iluminar, aprender, cambiar, cuestionar, refundar, evolucionar, resetear, modificar, rediseñar, crear, visualizar, imaginar… En definitiva, estamos frente a un momento disruptivo en nuestra civilización. De ahí que sea básico que dejemos de quejarnos, de buscar excusas y de señalar a culpables. Ha llegado la hora de madurar y de espabilarnos.

Si has seguido leyendo hasta aquí y te has quedado con ganas de saber más acerca de los cambios exponenciales a nivel social, político, económico y tecnológico que nos esperan a la vuelta de la esquina, haz clic aquí para leer el artículo completo. De este modo gozarás de más comprensión acerca de cómo prepararte proactivamente, teniendo más oportunidades de adaptarte y prosperar en esta nueva era. Comienza hoy mismo tu proceso de cambio personal y reinvención profesional. ¡No esperes a que sea demasiado tarde! En el caso de que lo leas, verificarás que… “winter is here”.

*Este artículo es un resumen de la conferencia “Winter is coming” impartida por Borja Vilaseca. Si quieres, puedes verla aquí.