Por Borja Vilaseca
La vida es un proceso pedagógico cuya principal finalidad es crecer, madurar y evolucionar como seres humanos, aprendiendo a ser felices por nosotros mismos, de manera que sepamos cómo amar a los demás y a la vida tal como son.
No hemos venido a este mundo a ganar dinero. Ni tampoco a proyectar una imagen del agrado de los demás, logrando éxito, estatus, respetabilidad y reconocimiento. Nuestra existencia como seres humanos tampoco está orientada a comprar, poseer y acumular cosas que no necesitamos. Ni mucho menos a evadirnos constantemente de nosotros mismos por medio del entretenimiento. De hecho, no estamos aquí –solamente– para sobrevivir física, emocional y económicamente.
Y entonces, ¿hay algún propósito más trascendente? ¿Para qué vivimos? Aunque cada uno está llamado a encontrar su propia respuesta, los sabios de todos los tiempos nos han invitado –una y otra vez– a ver la vida como «un continuo proceso de aprendizaje». Si bien el resto de mamíferos nacen como lo que son, nosotros nacemos todavía por hacer. Ser humanos es una potencialidad. De ahí que en un principio no vivamos de forma responsable, libre, madura y consciente. Todas estas cualidades y capacidades están latentes en nuestro interior. Y así siguen hasta que las desarrollamos a través de la comprensión y el entrenamiento.
No en vano, adoptar una postura victimista frente a nuestras circunstancias nos impide aprender y desplegar todo nuestro potencial. Sólo en la medida que padecemos la crisis de los cuarenta –orientando nuestra existencia a la transformación–, empezamos a cuestionar nuestro sistema de creencias, modificando –a su vez– nuestra escala de valores, prioridades y aspiraciones. Es entonces cuando decidimos que lo más importante es «aprender a ser felices por nosotros mismos». Es decir, a sentirnos realmente a gusto sin necesidad de ninguna persona, estímulo, cosa o circunstancia externa. Más que nada porque ¿de qué nos sirve llevar una vida de éxito y de abundancia material si nos sentimos vacíos e insatisfechos por dentro?
En general, solemos confundir la felicidad con el placer y la satisfacción que nos proporciona el consumo de bienes materiales. Y también con la euforia de conseguir lo que deseamos. Sin embargo, la verdadera felicidad no está relacionada con lo que hacemos ni con lo que poseemos. Aunque no es posible describirla con palabras, podría definirse como la ausencia de lucha, conflicto y sufrimiento internos. Por eso se dice que somos felices cuando nos aceptamos tal como somos y –desde un punto de vista emocional– sentimos que no nos falta de nada.
Y es que la felicidad no tiene ninguna causa externa: es nuestra verdadera naturaleza. Igual que no tenemos que hacer nada para ver –la vista surge como consecuencia natural al abrir los ojos–, tampoco tenemos que hacer nada para ser felices. Tanto la vista como la felicidad vienen de serie: son propiedades naturales e inherentes a nuestra condición humana. Así, nuestro esfuerzo consciente debe centrarse en eliminar todas las obstrucciones que nublan y distorsionan nuestra manera de pensar y de comportarnos, como el victimismo, la inseguridad, la impaciencia, el aburrimiento o el apego.
CULTIVAR LA PAZ INTERIOR
“La verdadera profesión del ser humano es encontrar el camino hacia sí mismo”
Hermann Hesse
Más allá de aprender a ser felices por nosotros mismos, hemos venido al mundo a aprender a «sentir una paz invulnerable». Y para lograrla, hemos de trascender nuestro instinto de supervivencia emocional, que nos lleva a reaccionar mecánica e impulsivamente cada vez que la realidad no se adapta a nuestros deseos, necesidades y expectativas. Como descubrió el psicoterapeuta Viktor Frankl, «entre cualquier estímulo externo y nuestra consiguiente reacción, existe un espacio en el que tenemos la posibilidad de dar una respuesta más constructiva». Esta es la esencia de la proactividad.
Eso sí, para poder ser proactivos hemos de vivir conscientemente. Es decir, dándonos cuenta en todo momento y frente a cualquier situación de que no son las situaciones, sino nuestros pensamientos, los que determinan nuestro estado emocional. Al tener presente esta verdad fundamental, podemos entrenar el músculo de la aceptación en todas nuestras interacciones cotidianas. Sobre todo porque no hay mejor maestro que la vida ni mayor escuela de aprendizaje que nuestras propias circunstancias.
El reto consiste en aprender a aceptar a los demás tal como son y a fluir con las cosas tal como vienen. Y aceptar no quiere decir resignarse. Tampoco significa reprimirse ni ser indiferente. Ni siquiera es sinónimo de tolerar o estar de acuerdo. Y está muy lejos de ser un acto de debilidad, pasotismo, dejadez o inmovilidad. Más bien se trata de todo lo contrario. La auténtica aceptación nace de una profunda comprensión, e implica dejar de reaccionar impulsivamente para empezar a dar la respuesta más eficiente frente a cada situación. Así es como podemos cultivar y preservar nuestra paz interior. Tal como dijo el sabio Gerardo Schmedling, «aquello que no somos capaces de aceptar es la única causa de nuestro sufrimiento».
En la medida que aprendemos a ser felices por nosotros mismos –dejando de sufrir– y a sentir una paz invulnerable –dejando de reaccionar–, también aprendemos a «amarnos a nosotros mismos y a los demás». Y al hablar de amor no nos referimos al sentimiento, sino al comportamiento. De ahí que amar sea sinónimo de comprender, empatizar, aceptar, respetar, agradecer, valorar, perdonar, escuchar, atender, ofrecer, servir y, en definitiva, de aprovechar cada circunstancia de la vida para dar lo mejor de nosotros mismos.
Como dijo el sabio Anthony de Mello, «el amor beneficia en primer lugar al que ama y no tanto al que es amado». De ahí que limitar nuestra capacidad de amar nos perjudica –principalmente– a nosotros mismos. Además, cuanto más entrenamos los músculos de la responsabilidad (como motor de nuestra felicidad), la aceptación (como motor de nuestra paz interior) y el servicio (como motor de nuestro amor), más abundante y próspera se vuelve nuestra red de relaciones y vínculos afectivos.
Llegados a este punto, cabe preguntarse: ¿somos verdaderamente felices? ¿O más bien solemos sufrir? ¿Sentimos una paz invulnerable? ¿O más bien solemos reaccionar? ¿Nos amamos a nosotros mismos y, en consecuencia, a los demás? ¿O más bien seguimos luchando y creando conflictos? ¿Estamos dando lo mejor de nosotros mismos? ¿O más bien seguimos limitando nuestra capacidad de amar y de servir, esperando que sean los demás quienes se adapten a nuestros deseos y expectativas? Sean cuales sean las respuestas, cabe recordar que el aprendizaje es el camino y la meta de nuestra existencia. Así, el hecho de que estemos vivos implica que, seguramente, todavía tenemos mucho por aprender.
Este artículo es un extracto del libro “El sinsentido común”, publicado por Borja Vilaseca en octubre de 2011.
Gracias Borja, siempre es de gran ayuda para mi vida aquello que compartes. Muchos saludos desde Cuenca, Ecuador.
Muchísimas gracias!!
Estoy literalmente enganchado al curso. Haber si soy un 7. Estoy terminando. Impagable esto. Eternamente gracias
Tanto por aprender!!!
Me encanta todo lo que publicas!! Y lo comparto también.
Muchas Gracias Borja por compartirte. Saludoa desde Salta, Argentina.
Whauu Borja! No sé en qué condiciones escribiste esto (después me lo cuentas) pero evidencia un estado de fluidez digno de un elegido, enhorabuena! Abrazo
Excelente!!..El complrmento scrito de tu platica en vivi que gracias. Dios me toco por causalidad. Dios te bendice!!..Gracias por tanto!!!..Abrazos con cariño desde Mexico
Como todos los días, excelente y enriquecedora reflexión!!! Gracias Borja por despertar consciencia en este hermoso camino de aprendizaje!!
Perdon por los errores. Quise decir el complemento escrito de la platica en vivo que gracias a Dios me toco!!
¡Que buen articulo! Me ha entrado el “gusanillo” de comprar el libro :). Son fan de tus videos (que por cierto, gracias por tanta claridad y sabiduría acompañada de tanta risa..je,je,je), pero reconozco que es la primera vez que me paro a leerte. Añado otra frase a tu artículo: ” Ser lo que somos y convertirnos en aquello que somos capaces,es la única finalidad de la vida”. No es mía, sino de Robert Louis Stevenson. Abrazo fuerte.
Gracias, gracias y mas gracias , grandes palabras sabias. Un saludo de una joven que se siente como un niño con jugetes nuevos con tu material, encantadisima 🙂
Infinitas gracias!
Hola !!! , muy claro y tocando la realidad como siempre !!!. Desde que comencé a seguirte , lo primero y casi automáticamente que me sucedió es empezar a pensar más despacio y a sentirme más liviana de responsabilidades… Eso de sentir que uno lleva a cuestas todo lo que nos rodea.. cuanto pesa. Gracias por acercarnos tanta buena nueva !!!👏👏👏
Me encanta el sentido del humor que le das a tus conferencias y lo fácil, concreto y útil de tus reflexiones, Gracias
Gracias por todos estos regalos que nos haces.
¡Hola Borja! Un texto genial como practicamente todos tus textos. Pero con la última frase me he quedado un poco frenada con mi aprendizaje espiritual. Entonces vale la pena aprender lento para no morir demasiado rápido?? Te parece tonta mi observación, pero debo revelarte que desde siempre he notado una restistnecia en este sentido de ir aprendiendo, porque observava que los aprendizajes más grandes venían a trevés de las circunstancias poco agradables y sufrimiento y de alguna manera me negaba pasar por malos ratos para aprender. Es necesario perder a alguien, vivir una tragedia o algo parecido para poder crecer espiritualmente? No hay otro camino? Otro motor que nos motive? Quiero aprender y crecer pero tengo miedo a la vez a todo lo que la vida me soltará para ir fortaleciendo mis aprendizajes. Como lo explicas??Saludos
hola soy julio y con gusto puedo ayudarte
Gracias Borja, todo lo que escribes se ha convertido en realidad en mi vida, he aprendido a hablarme a mi misma y ahora me encanta estar conmigo misma, soy mi mejor compañia
También se aprende de los buenos momentos y de los aciertos
Gracias totales!!
Hola qué tal a todos. !Ya me hubiera gustado saber todo esto que ahora se ,cuándo era joven…Me hubiera librado de tanto sufrimiento emocional…He comprado encantado de conocerme, y uno que tambien recomendo .Amar lo que es…me encantaría que siguiera orientado a gente dormida como me he sentido…un saludo y agradecida eternamente!
Simplemente gracias por compartir y acercarnos a conectar con nosotros mismos para hacer las preguntas adecuadas ?
Gracias Borja por quitarme la venda, abrirme los ojos y el alma con tu aprendizaje y enseñanzas. Te leo, te veo, te escucho y siento.
GRAN DIOS. pocas veces tenemos la posibibilidad de leer algo tan verdadero y interesante. DIOS que vive estara muy contento con lo queb dices. GRACIAS Y QUE TE BENDIGA.sa ludos cariñosos de MALLORCA, de ERICA
[…] que voy a compartir contigo a continuación son integraciones y aprendizajes que he incorporado desde el Ser, en cuanto a “cómo/qué” nos comunican y moldean nuestras […]
[…] alrededor y sientes que dejaste de ver las cosas como antes. Esto solo creo es el principio de este aprendizaje sobre la vida. Hay personas que se quedan, y otras que se van. En mi opinión, no considero que […]
No soy mucho de leer pero gracias por esto me ha ayudado mucho y también para mi madurez
Estoy aquí para testificar sobre un gran lanzador de hechizos a base de hierbas llamado Dr.Padman que me ayudó a curar mi VIRUS SIMPLEX HERPES. Fui infectado con HERPES SIMPLEX VIRUS en 2016, fui a muchos hospitales para curarme, pero no había solución hasta que conocí al Dr. Dr Padman a través de un amigo que curó del VIH. Me puse en contacto con él y me envió su remedio a base de hierbas que tomé como me indicó que hiciera durante algunos días y fui al hospital después de consumir su medicamento a base de hierbas y me confirmaron que el herpes era negativo después de años de dolores y sufrimiento, de hecho es un milagro, su sitio web https://padmanspell.com es un gran hombre, he escuchado mucho sobre cómo ha ayudado a mucha gente, si tiene algún problema puede contactarlo para obtener ayuda.via: https: // padmanspell .com o agregarlo en WhatsApp +19492293867. Puede contactarme para obtener más información a través de: ([email protected]),
Viva al fin y al cabo y con mucho tiempo por delante, pero con dos realidades que no se acaban de unir. Quién sabe si en la confluencia
Uno de los mejores artículos que he leído últimamente… Además, en sincronicidad perfecta con mis necesidades actuales de comprender la realidad. GRACIAS
Qué gran entendimiento sobre la vida y sus emociones. Ahora mismo que vivimos la inmediatez leer esto nos sirve de aterrizaje.
graicas
gracias
Empece a escucharte hace dos meses, tus enseñanzas vinieron a rescatarme de mi equivocado estado emocional, me has inspirado y motivado a seguir tus pasos profesionales, me siento mucho mejor en estos momentos momentos que apenas inició con tus enseñanzas. Vivo en California pero mi plan es tener una certificación con ustedes y continuar una carrera impartiendo tus enseñanzas para la ayuda para muchísima gente que yo se que lo necesitan acá en estados unidos. Gracias por existir!!