Por Borja Vilaseca

Por más hierbas que nos parezca, es fundamental emplear afirmaciones positivas con las que transformar nuestro subconsciente y poder, así, co-crear una vida mucho más plena.

Solamente existe un obstáculo que nos impide cambiar de actitud frente a la vida: los prejuicios que tenemos sobre aquella información nueva, alternativa y desconocida que podría –potencialmente– expandir nuestra comprensión. Cada vez que escuchamos “algo” que atenta contra nuestra forma de hacer o de pensar habitual, enseguida nos ponemos a la defensiva. Y en general tendemos a rechazarlo, ridiculizarlo o incluso demonizarlo. Actuando así nos privamos de poder verificarlo a través de nuestra propia experiencia.

Esto es precisamente lo que nos pasa a casi todos cuando escuchamos hablar por primera vez acerca de conceptos como la “reprogramación mental”, la “mente subconsciente” o las “afirmaciones positivas”. No es algo que hacemos de forma consciente y racional. Más bien se trata de un mecanismo de defensa inconsciente que se activa de manera automática e instantánea. De pronto, nuestra mente se cierre, nuestro plexo solar se contrae y nuestros brazos se cruzan. Y sin poder hacer nada al respecto, nuestra boca se abre, soltando un comentario reactivo en plan “¡Qué me estás contando, pedazo de hierbas!”

Deseo de corazón que eso no te suceda mientras lees este artículo. Eso sí, te aviso de entrada: hoy me voy a poner muy hierbas. De ahí que por favor no te creas nada. Ni una sola palabra. Si me animo a compartir contigo estas herramientas es porque sé que funcionan. Ojalá te animes a comprobarlo por ti mismo. Y luego me cuentas cómo te ha ido en la zona de comentarios que hay al final de este artículo.

CÓMO FUNCIONA LA VIDA
“Para conocer los secretos del Universo piensa en términos de energía, frecuencia y vibración.”
(Nikolas Tesla)

Desde el punto de vista de la física, en el Universo todo está hecho de energía que está vibrando en una cierta frecuencia. Nosotros también, por supuesto. Por otro lado, los místicos afirman que cuanto más crecemos en consciencia, más elevada es la frecuencia energética a la que vibramos como seres humanos. Y viceversa. Lo cierto es que hay una correlación muy estrecha entre nuestro nivel de energía vital y nuestro grado de sabiduría.

¿Qué pasa cuando nos encontramos mal y no pegamos ojo en toda la noche? ¿Con qué humor nos levantamos por la mañana? ¿Qué tipo de pensamientos deambulan por nuestra mente cuando estamos estresados y agotados? Por el contrario, ¿con qué estado de ánimo amanecemos cuando hemos tenido un sueño profundo y reparador? ¿Cuál suele ser nuestra actitud frente a la vida cuando nos sentimos conectados y llenos de energía? ¿Y qué pensamientos vienen a visitarnos cuando estamos tranquilos y relajados?

Dicho de otra forma, nuestra mente es como una radio que puede captar diferentes emisoras. Cuando nuestro nivel de energía es bajo, nuestra mente sintoniza con “Ignorancia FM”. Y en este dial nuestros pensamientos son de baja frecuencia vibratoria, conectando con el miedo, la ira, la tristeza y la negatividad. Por otro lado, cuando nuestro nivel de energía es alto, nuestra mente sintoniza con “Sabiduría FM”. Y en este dial nuestros pensamientos son de alta frecuencia vibratoria, conectando con la confianza, la serenidad, la alegría y la positividad.

A pesar de esta evidencia científica y espiritual, la mayoría de nosotros no tenemos en cuenta esta dimensión sutil y energética. Principalmente porque es invisible para los ojos. De ahí que tan solo veamos la parte física y material que la recubre. Prueba de ello es que solemos poner el foco en los síntomas físicos y no en las causas espirituales que los generan. Y es que es precisamente esta frecuencia energética interna la que determina en gran parte porque nuestra realidad externa es como es. Y esto es algo que se ha expresado de diversas formas en diferentes épocas de la historia, entre las que destacan:

Como es adentro es afuera. Esta afirmación procede del Kybalion, un documento del siglo XIX que describe los principios y las leyes que rigen el Universo, y cuya metafísica se relaciona con las enseñanzas de Hermes Trismegisto. En esencia, se refiere a que nuestro mundo interior genera nuestro mundo exterior. De hecho, gracias a los que nos pasa afuera (lo visible) podemos reconocer lo que nos ocurre adentro (lo invisible).

Por poner un ejemplo, piensa en por qué estás leyendo estas reflexiones sobre cómo reprogramar la mente. ¿Acaso no será porque dentro de ti existe una necesidad de cambio y cuentas con la apertura mental suficiente como para darle clic a un artículo con semejante nombre? Si dentro de ti no existiera dicho interés y curiosidad, tu afuera ahora mismo tendría que ver con otra cosa diferente al viaje del autoconocimiento. De hecho, si te remontarás unos años atrás en el tiempo, tu yo del pasado ni se imaginaría que algún día consumirías este tipo de información.

Lo que crees es lo que creas. Nuestro sistema de creencias nos lleva a co-crear nuestra realidad.

Al creer que tienes el poder de cambiar tu vida estás creando este preciso instante, en el cual estás absorbiendo información sobre cómo hacerlo. Si creyeras lo contrario sería imposible que estuvieras leyendo un artículo como éste. Además, como verifiques que este contenido es útil y veraz, empezarás a co-crear otro tipo de realidad en base a la nueva información insertada en tu sistema de creencias.

La Ley de la Atracción o Afinidad. Atraemos personas y situaciones que vibran en nuestra misma frecuencia.

Ahora mismo tú y yo estamos vibrando en una misma frecuencia energética. Por eso nos hemos atraído el uno al otro. De hecho, lo que te estoy contando te resulta afín a tus intereses y necesidades. Si no hace rato que habrías dejado de leer este artículo. Estoy seguro que si nos conociéramos en persona seguro que tendríamos muchas inquietudes en común y podríamos mantener una conversación sobre la vida para rato.

La Ley de la Correspondencia. Somos correspondientes con lo que necesitamos para aprender y evolucionar.

Es evidente que estas reflexiones no son aptas para todo el mundo. Tan solo pueden resultar útiles para aquellos que –como tú– son realmente correspondientes. Es decir, que fruto de un crisis existencial, una búsqueda espiritual y un proceso de introspección, finalmente han llegado hasta estas reflexiones con la mente abierta, libre de prejuicios. Lo sé por experiencia personal. También a mí llegó esta misma información cuando comencé a buscarla, no antes. A esto se refiere el proverbio zen: “El maestro aparece cuando el alumno está preparado”.

La Ley de la Causa y el Efecto. Detrás de todos nuestros actos y nuestras decisiones hay una causa que a su vez genera un efecto que a su vez genera una nueva causa…

Piensa en todo lo que te ha pasado en la vida: en la red de causas y efectos que te han traído hasta este preciso momento. Y reflexiona ahora sobre las nuevas causas-efectos que pueden generarse en tu vida si aprovechas este artículo para seguir creciendo y evolucionando como ser humano. No existen las coincidencias ni las casualidades. Lo que sí existen son las causalidades. Todo pasa por algo y para algo. Si he sentido la motivación de escribirlo es porque cada vez más personas como tú tienen la necesidad de leerlo. A este fenómeno Carl Jung lo llamó “sincronicidad”.

La Ley del Espejo. No vemos el mundo como es, sino como somos nosotros. Tampoco vemos a los demás como son, sino como somos nosotros. Como dijo el sabio Jiddu Krishnamurti: “La única relación verdaderamente auténtica y profunda que vamos a mantener a lo largo de la vida es con nosotros mismos. El resto de relaciones no son más que un juego de espejos donde nos vemos reflejados y de pantallas en las que nos proyectamos.”

No sé lo que te está pareciendo este artículo. Lo que sí sé es que lo que opines sobre estas líneas tiene que ver más contigo que con las reflexiones en sí mismas. Tanto es así que habrá lectores que consideren que se trata de un panfleto esotérico y pseudocientífico, mientras que a otros les parecerá una introducción interesante para iniciar su proceso de reprogramación mental.

En este sentido, podemos deducir que el primer grupo de lectores están vibrando en una frecuencia energética diferente a los segundos. En última instancia, este artículo no es más que un espejo donde cada lector tiene la oportunidad de ver reflejado su nivel de humildad o de arrogancia con respecto a la posibilidad de considerar que la reprogramación mental es una técnica válida para transformar nuestro subconsciente y, por ende, nuestra realidad. Nuevamente, a menos que pase por el filtro de nuestra experiencia no lo sabremos con total certeza.

Si tú cambias, tu vida cambia. Este es sin duda uno de los mantras más trillados en el ámbito del desarrollo espiritual. Y viene a decir que cuando cuestionamos nuestras creencias, modificamos nuestros pensamientos y reprogramamos nuestro subconsciente, poco a poco vamos cambiando nuestra actitud frente a la vida. Y como consecuencia directa, comienzan a cambiar los resultados que cosechamos, tanto dentro como fuera de nosotros mismos.

Si has seguido leyendo hasta aquí, enhorabuena. Dice mucho de ti. Ojalá seas verdaderamente afín con esta información, de manera que te animes a reprogramar tu mente por medio de afirmaciones positivas basadas en sabiduría. Solo así podrás verificar empíricamente cómo –al elevar la vibración de tu frecuencia energética– comienzas a atraer y ser correspondiente con una nueva realidad mucho más satisfactoria. Si me atrevo a exponerme de esta manera es porque lo he comprobado a través de mi experiencia personal. Sin importar lo hierbas que parezca en un primer momento, la verdad es que funciona.

Para seguir leyendo la segunda parte de este artículo –la cual es un poquito más hierbas–, clica aquí y te explicaré los siete pasos para reprogramar la mente con afirmaciones positivas. Solamente es apto para buscadores verdaderamente humildes y con la mente muy abierta.