Las ocho principales prácticas transformadoras del Eneatipo 9 – Eneagrama

Las «prácticas transformadoras» son el conjunto de insights y experiencias relacionadas con el cuerpo, la mente y el espíritu que más contribuyen al desarrollo de la consciencia y la reconexión con el ser esencial. Todas ellas están orientadas a dejar de alimentar y reforzar el ego, de manera que el yo con el que estamos tan identificados se vaya debilitando hasta que finalmente muera de inanición. Esta es la razón por la que al principio sintamos cierta aversión y resistencia llevarlas a cabo.

Prácticas transformadoras para el Eneatipo 9

Priorizarse. Cuando vive identificado con el ego tiende a olvidarse de sí mismo, pasando de puntillas por la vida intentando no molestar ni hacer demasiado ruido. De ahí que uno de sus mayores retos consista en acordarse de que existe, aprendiendo a priorizarse por delante del resto de personas. Es fundamental que se convierta en el verdadero protagonista de su existencia, dejando de ser un mero actor secundario. Que salga del letargo psicológico y la somnolencia espiritual en el que lleva años instalado. Y que tome consciencia de que cuenta con una serie de necesidades y de potencialidades que solo dependen de él saciar y desatar. Para lograrlo es muy recomendable que dedique un rato cada día a conocerse y desarrollarse, evitando perderse en las demandas ajenas.

Poner límites. Otro de sus grandes aprendizajes vitales consiste en saber poner límites, evitando que los demás se aprovechen ⎯e incluso abusen⎯ de su personalidad excesivamente tolerante, adaptable y flexible. Y para ello es imprescindible que adquiera el sano hábito de decir «no» cada vez que no quiera, no le apetezca o no le vaya bien hacer algo que otra persona le pida. También es esencial que comprenda que tiene todo el derecho del mundo a negarse. Y en caso de que el otro sienta enfado o decepción ha de entender que no es problema suyo, sino de quien se enfada y decepciona por no ver cumplidas sus expectativas egoicas. Saber decir «no» en un momento dado es la cima de la autoestima y un indicador de que se está respetando a sí mismo.

Afrontar los conflictos. Para poder transformarse ha de aprender a afrontar los conflictos con naturalidad, pues no solo forman parte de la vida, sino que son precisamente los que más le van a permitir crecer espiritualmente. En este sentido ha de empezar por lidiar con su conflicto interior, dejando de negar y de anular a su ser esencial. En la medida en que deja de autoboicotearse poco a poco va dándose permiso para manifestar su singularidad. Parte de su proceso de curación pasa por estar muy atento a las señales que le envía su cuerpo desde dentro, procurando que sus acciones sean coherentes con sus pensamientos y sus sentimientos. Así, es básico que escuche menos y hable más, atreviéndose a decir lo que piensa. Más que nada porque su voz también importa. Y mucho.

Conectar con su deseo. Su sanación también pasa por hacer lo que más trabajo le cuesta: conectar con su deseo y saber qué es lo que verdaderamente quiere en la vida, trascendiendo su inmovilismo y pasividad existencial. En general está tan desconectado de sí mismo que no tiene ni idea de quién es ni de cuáles son sus gustos, preferencias y aficiones. Se ha pasado demasiados años mostrando un nulo interés por su mundo interior. Esta es la razón por la que se ha venido implicando y mimetizando en exceso con los intereses de quienes le rodean. Para revertir esta situación es fundamental que empiece a ser fiel a lo que a él le motiva y le apetece. Y que se atreva a coger el toro por los cuernos, yendo a por aquello que desea con ilusión y determinación.

Expresar el enojo. Al anularse como persona para evitar el conflicto, alberga mucha ira y rabia reprimidas. Y es tal su inconsciencia que niega la existencia de estas emociones. Tiende a borrar cualquier acontecimiento traumático que le haya sucedido en la vida, desapareciendo de su memoria consciente. A primera vista parece una persona tranquila y pacífica a la que todo le está bien. Pero eso no es del todo cierto. Se trata de un mecanismo de defensa para no tener que lidiar con su lado agresivo e iracundo. Principalmente porque no sabe cómo manejar este tipo de energía. Su transformación pasa por aprender a sentir, gestionar, expresar y canalizar su enojo de forma constructiva. Si algo le molesta es básico que lo comunique enseguida en vez de guardárselo.

Seguir su propio camino. Debido a su mentalidad gregaria y conformista, tiende a formar parte del rebaño social, transitando por la ancha avenida por la que circula la gran mayoría. Suele actuar de acuerdo a las convenciones de su tiempo, adhiriéndose a lo socialmente aceptado y lo políticamente correcto. Así es como su verdadera esencia queda sepultada. Por este motivo parte de su trabajo interior pasa por cuestionar su condicionamiento y tener el valor de seguir su propio camino en la vida. Y para ello es fundamental que confronte su miedo al cambio y se atreva a salir de su zona de comodidad, dejando de darse a sí mismo excusas y justificaciones para no cambiar. Lo cierto es que a la única persona a la que ha de rendir cuentas es a la que ve en el espejo cada mañana. A nadie más.

Explorar las terapias alternativas. Una de las razones por las que suele pasar tan desapercibido es porque su verdadera esencia no encaja con la cosmovisión materialista que promueve la sociedad occidental. Está más alineada con la espiritualidad que se desprende de la filosofía oriental. En especial del budismo, el taoísmo o el zen. Todas ellas enseñan a apaciguar la mente y cultivar la paz interior, algo para lo que tiene especial facilidad. Es muy recomendable que explore el mundo de las terapias alternativas, la medicina holística y la sanación energética. Y que se introduzca en disciplinas como la meditación o el yoga. Es muy probable que dentro de este ámbito encuentre algo que le motive y para lo que genuinamente tenga talento.

Entregar su don al mundo. Su transformación personal no solo pasa por aprender a estar en paz consigo mismo, sino por contribuir con su granito de arena a sanar y armonizar a quienes le rodean. Tiene mucho que ofrecer a la sociedad contemporánea, tan falta de paz y de bienestar. Eso sí, para poder entregar sus dones al mundo primero ha de cuestionar y liberarse de la creencia de que no tiene nada en su interior que valga la pena. Principalmente porque es mentira. También ha de dejar de perder el tiempo con tareas superfluas, hábitos mecánicos y actividades narcotizantes. Y conectar con un propósito trascendente que le inspire a vencer su pereza física y psicológica, emprendiendo proyectos profesionales que verdaderamente le ilusionen y le motiven.

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