La percepción neurótica de los nueve eneatipos – Eneagrama

La «percepción neurótica» es la forma errónea y distorsionada en la que ego percibe quienes somos y cómo funciona la vida. Son todas aquellas ideas locas y creencias falsas acerca de quiénes se supone que tenemos que ser y de cómo consideramos que debería funcionar el mundo. El Eneagrama también las llama «fijaciones». Esencialmente porque se fijan en nuestra mente durante nuestra infancia en base al condicionamiento recibido por los egos de nuestro entorno social y familiar.

Su visión egoica, subjetiva y distorsionada de la realidad le hace estar convencido de que es imperfecto. Y de que tendría que ser de otra manera ⎯mucho mejor⎯ a como actualmente es. También considera que tanto los demás como el mundo son tremendamente defectuosos. Y que deberían de ser exactamente cómo el piensa que deberían de ser. Esta es la razón por la que siempre encuentra taras, fallos y áreas de mejora allá donde mira. Y de que crea que tiene la responsabilidad de cambiar la realidad para que sea más perfecta.

Su visión egoica, subjetiva y distorsionada de la realidad le hace estar convencido de que carece de amor. Cree que quererse es un acto «egoísta». Y que no es posible ser feliz estando solo, pues la felicidad procede de las relaciones. A su vez piensa que para ser amado tiene que ser buena persona y realizar buenas acciones. Y que el amor es un premio que se obtiene a cambio de prestar ciertos favores a los demás. Y asume que ⎯como contraprestación por todo lo que da⎯ quien le ame de verdad ha de satisfacer sus necesidades y sus caprichos sin tener que pedírselo.

Su visión egoica, subjetiva y distorsionada de la realidad le hace estar convencido de que carece de valía y que no tiene ningún valor intrínseco. Y al sentirse tan menospreciado cree que tiene que aparentar ser alguien competente y exitoso. Esta sensación de infravaloración le lleva a creer que su valor como ser humano depende de lo que hace, tiene y consigue, así como de lo que la gente piensa acerca de él. Cree que dicho aprecio lo logrará cuando llegue a ser alguien y a conseguir algo que le hagan resaltar y distinguirse por encima de los demás.

Su visión egoica, subjetiva y distorsionada de la realidad le hace estar convencido de que es inferior del resto de la gente por estar lleno de complejos, déficits y carencias. Sin embargo considera que la gran mayoría de personas se conforma con vivir una existencia prefabricada, ordinaria y anodina. Y que prefiere ser desdichado antes que llevar una vida normal y corriente. Paradójicamente, cree que tiene que ser alguien especial para ser visto y aceptado por el mismo grupo social que rechaza y del cual no quiere formar parte.

Su visión egoica, subjetiva y distorsionada de la realidad le hace estar convencido de que no puede salir de su cueva, pues cree que no cuenta con la sabiduría ni la habilidad para afrontar el peligro y la complejidad del mundo en el que vive. Lo cierto es que tampoco quiere. A su vez piensa que la mejor estrategia para sobrevivir y prosperar es reducir al máximo sus necesidades, tanto materiales como emocionales. También cree que la mayoría de personas son animales irracionales movidos por impulsos primarios que poco o nada pueden aportarle.

Su visión egoica, subjetiva y distorsionada de la realidad le hace estar convencido de que no puede valerse por sí mismo, pues cree que no cuenta con una brújula interior que pueda guiarlo para navegar por la realidad. También piensa que para sentirse seguro y dejar de vivir con miedo depende de algo externo, ya sean personas, grupos o instituciones en los que ampararse. Sin embargo, también cree que no puede confiar en nada ni en nadie, pues el mundo está lleno de lobos disfrazados de corderos.

Su visión egoica, subjetiva y distorsionada de la realidad le hace estar convencido de que por dentro está vacío y que la felicidad y la satisfacción proceden del exterior. También cree que no hay nada peor que el silencio y la inactividad. Y que no puede entrar dentro de sí mismo, pues piensa que sí lo hace será devorado por el monstruo de la ansiedad y la negatividad. A su vez considera que para sentirse pleno ha de vivir experiencias nuevas y placenteras. Y que siempre está pasando algo en otro lugar mucho más gratificante que en donde está.

Su visión egoica, subjetiva y distorsionada de la realidad le hace estar convencido de que es demasiado vulnerable. Considera que toda relación humana es una lucha despiadada entre dominar o ser dominado. Y que los demás tienen la capacidad de hacerle sufrir a través de sus palabras y sus acciones. Al sentirse tan indefenso, débil y frágil, cree que tiene que protegerse tras una coraza. A su vez piensa que el mundo es una selva repleta de depredadores, donde solo sobreviven y prosperan los más duros y fuertes.

Su visión egoica, subjetiva y distorsionada de la realidad le hace estar convencido de que es completamente irrelevante. Y que no tiene ningún derecho a priorizarse a sí mismo, pues está convencido de que las necesidades de los demás son mucho más importantes que las suyas. También piensa que si pone algún tipo de límite o se atreve a decir «no» a las peticiones ajenas se enfadarán con él, le negarán la conexión y le expulsarán del entorno familiar y social al que tanto anhela pertenecer.