El nivel de desarrollo de los 9 eneatipos – Eneagrama

Los «niveles de desarrollo» inciden en cómo cada eneatipo puede experimentarse de forma «insana», «media» o «sana». Si bien nuestro eneatipo principal no cambia a lo largo de la vida, nuestro nivel de desarrollo espiritual sí que provoca cambios considerables en la forma en la que nos relacionamos con él. Así, el Eneagrama cuenta con una «dimensión horizontal», que tiene que ver con la descripción psicológica de los nueve eneatipos. Y con una «dimensión vertical», la cual mide nuestro grado de identificación con el ego, así como nuestro nivel de consciencia.

En función de nuestro nivel de desarrollo y de consciencia, frente a un mismo hecho actuaremos de formas muy diferentes. Y es que no tiene nada que ver vivir, mirar e interpretar lo que sucede desde una excesiva identificación egoica que hacerlo conectado con el ser esencial.

Pongamos que alguien comete un error que le causa un considerable perjuicio. Si interpreta esta situación desde un nivel de desarrollo insano tenderá a perturbarse y a llenarse de ira. Seguidamente le pegará una buena bronca, sermoneando a dicha persona con vehemencia y severidad. En el caso de percibir lo que ha pasado desde un nivel de desarrollo medio tenderá a enfadarse y a reprimir su enfado, soltando algún juicio de forma encubierta y disimulada. Y si se relaciona con dicho acontecimiento desde un nivel de desarrollo sano aceptará dicho error con serenidad, tratando de extraer un aprendizaje valioso para que no vuelva a suceder.

Pongamos que un ser querido entra en depresión. Si interpreta esta situación desde un nivel de desarrollo insano tenderá a invadirlo y ayudarlo compulsivamente para que deje de sufrir. Y al no obtener nada a cambio, le echara en cara los servicios prestados. En el caso de percibir lo que está pasando desde un nivel de desarrollo medio tenderá a ponerse triste cada vez que piensa en esa persona, atosigándola de vez en cuando y dándole consejos no solicitados. Y si se relaciona con dicho acontecimiento desde un nivel de desarrollo sano comprenderá el valor pedagógico inherente a la adversidad, respetando el proceso de la otra persona. Eso sí, le hará saber que puede contar con su apoyo.

Pongamos que es uno de los candidatos para ser promovido dentro de su departamento. Si interpreta esta situación desde un nivel de desarrollo insano tenderá emplear todo tipo de artimañas para pisotear a sus compañeros e impresionar a su jefe. En el caso de percibir lo que está pasando desde un nivel de desarrollo medio competirá por el puesto trabajando incansablemente, desconectándose de sus emociones y descuidando el resto de áreas de su vida. Y si se relaciona con dicho acontecimiento desde un nivel de desarrollo sano se dedicará a colaborar con el resto del equipo para aportar el máximo valor para la compañía, dejando en manos de la vida lo que no depende de él.

Pongamos que le deja su pareja. Si interpreta esta situación desde un nivel de desarrollo insano tenderá a sufrir desconsoladamente, viviendo esta ruptura sentimental de forma egocéntrica y dramática hasta caer en depresión. En el caso de percibir lo que ha pasado desde un nivel de desarrollo medio sentirá una tristeza muy intensa y profunda, regodeándose en su drama emocional para llamar la atención. Y si se relaciona con dicho acontecimiento desde un nivel de desarrollo sano vivirá su proceso de duelo con ecuanimidad, sabiendo sentir y gestionar su dolor conscientemente. A su vez aprovechará esta experiencia para crecer y evolucionar espiritualmente.

Pongamos que uno de sus seres queridos le invita a su boda. Si interpreta esta situación desde un nivel de desarrollo insano sentirá fobia social y se inventará cualquier excusa para no asistir, encerrándose en su cueva física y mental para evitar cualquier interacción con otros seres humanos. En el caso de percibir este hecho desde un nivel de desarrollo medio acudirá a dicho evento, pero apenas conversará, mostrándose frío e indiferente. Y al hablar tan solo compartirá ideas, pero no emociones. Y si se relaciona con dicho acontecimiento desde un nivel de desarrollo sano irá con mucho gusto, abierto a conocer y conectar con nuevas personas, disfrutando de una velada muy agradable.

Pongamos que odia su puesto de trabajo y anhela dedicarse a lo que le apasiona, planteándose hacerse autónomo. Si interpreta esta situación desde un nivel de desarrollo insano con tal de no sentir miedo se convencerá a sí mismo de que no está capacitado para dicha nueva ocupación, zanjando el asunto para siempre. En el caso de percibir este hecho desde un nivel de desarrollo medio pensará en lo que puede ir mal si deja su empleo y no lo dejará. Sin embargo dicha idea seguirá presente en sus pensamientos. Y si se relaciona con dicho acontecimiento desde un nivel de desarrollo sano diseñará un plan para reinventarse. Y a su debido tiempo lo hará, adentrándose en la incertidumbre con confianza y valentía.

Pongamos que se muere su padre. Si interpreta esta situación desde un nivel de desarrollo insano restará importancia a lo sucedido y huirá de sus seres queridos para no tener que lidiar con su tristeza. Tampoco se podrá contar con él para gestionar los trámites post mortem. En el caso de percibir este hecho desde un nivel de desarrollo medio,evitará hacer el proceso de duelo, montando muchos planes gratificantes para no sufrir. Y si se relaciona con dicho acontecimiento desde un nivel de desarrollo sano se permitirá sentir cualquier emoción que emerja desde su interior, llorando conscientemente la muerte de su progenitor y sosteniendo con madurez el dolor de los demás miembros de su familia.

Pongamos que alguien le insulta. Si interpreta esta situación desde un nivel de desarrollo insano tenderá a reaccionar impulsiva y visceralmente. Y al sentirse herido contratacará con todavía más rabia y agresividad. E incluso puede que agreda al otro con violencia. En el caso de percibir lo que ha pasado desde un nivel de desarrollo medio tenderá a perturbarse y a amenazarlo con la mirada, devolviéndole el insulto con frialdad y dureza. Y si se relaciona con dicho acontecimiento desde un nivel de desarrollo sano no reaccionará ni se sentirá insultado ni agredido. Más bien empleará su poder y fortaleza interior para gestionar lo que está pasando de forma constructiva, ignorando al agresor.

Pongamos que un amigo le invita a una fiesta a la que no le apetece nada ir. Si interpreta esta situación desde un nivel de desarrollo insano tenderá a anularse como persona, diciendo que «sí» por no atreverse a decir que «no». Y una vez ahí pasará totalmente desapercibido. En el caso de percibir dicha invitación desde un nivel de desarrollo medio adoptará una actitud pasivo-agresiva, evitando responderle para no entrar en conflicto. Y si se relaciona con dicho acontecimiento desde un nivel de desarrollo sano le dirá a su amigo la verdad con mucho tacto y delicadeza, proponiéndole quedar otro día mano a mano para ponerse al día y compartir tiempo de calidad.