Después de 18 años, más de 300 cursos presenciales y 30.000 alumnos, dejo de impartir cursos de Eneagrama de forma indefinida.
⚠️ ÚLTIMAS DOS EDICIONES DE ENCANTADO DE CONOCERME PRESENCIAL EN MEDELLÍN Y BARCELONA ⚠️

sobre mi

Escritor, emprendedor social, activista educativo y agitador de consciencias

mi línea de vida

Breve resumen de los acontecimientos personales y profesionales más relevantes.

  • Nazco en Barcelona el miércoles 4 de febrero a las 11:00. Durante el parto padezco un cuadro agudo respiratorio y estoy a punto de morir asfixiado. Me paso un mes y medio aislado en una incubadora sin apenas contacto físico.
  • A los dos años paso por el quirófano dos veces para operarme de otitis; tengo tal infección en los oídos que me meten unos tubos en las orejas para evitar que la mucosidad me llegue al cerebro. Las molestias me impiden dormir varios días.
  • A los tres años vuelvo al quirófano; esta vez para operarme de vegetaciones. Me quitan unos ganglios de la nariz que me dificultan respirar. Mi madre recuerda verme lidiar con el dolor con mucha más tolerancia y resistencia.
  • A los siete años me apodan “el geo”; principalmente porque soy un niño hiperactivo y travieso, que no paro de liarla allá dónde voy y que a menudo termino en la enfermería del colegio con algún moratón en el cuerpo.
  • A los diez años me consolido como el payaso y gamberro de la clase. Hago reír a mis compañeros para evitar el aburrimiento. A su vez, los profesores me echan del aula con frecuencia para poder impartir el temario sin interrupciones.
  • A los trece años, fruto del conflicto y de la violencia psicológica que vivo en el seno de mi familia, empiezo a sentir un profundo odio y rechazo por los adultos en general y por mis padres en particular. La sociedad me parece una farsa.
  • A los catorce años casi repito curso. Tras aprobar en la reválida de septiembre, concluyo en que el sistema educativo no tiene ningún sentido y me comprometo con hacer lo mínimo necesario para aprobar y no perder más tiempo.
  • A los dieciséis años tengo un accidente de moto (por conducir de forma temeraria y sin casco) en el que estoy a punto de acabar con mi vida. Me paso cinco días en la UVI. Debido a mi nivel de inconsciencia no aprendo nada.
  • A los diecisiete años me siento totalmente alejado de mi familia. Siento un enorme malestar en mi interior que intento tapar con la ayuda de mi grupo de amigos, con los que me adentro en la fiesta, el alcohol y otras drogas.
  • A los dieciocho años supero la prueba de selectividad. Curiosamente suspendo filosofía. No sé qué hacer con mi vida. Decido estudiar Humanidades, rompiendo así con cinco generaciones consecutivas de abogados en mi familia.
  • A los diecinueve años toco fondo. Padezco una mononucleosis, tengo otro grave accidente de moto, me pegan una brutal paliza y dejo siniestro total el coche de mi madre por conducir borracho. Dejo de creer en Dios. Empiezo a escribir.
  • A los veinte años inicio el segundo ciclo de Periodismo. Quiero ser corresponsal de guerra. Termino mi primer libro, “Madura”, en el que relato con humor mis desgracias. A pesar de ser ateo militante, me voy a Lourdes como voluntario. Algo me hace clic.
  • A los veintiún años rompo con mi entorno social y con mi grupo de amigos. Me quedo solo. Viajo un mes como voluntario de una ONG a Nicaragua, una experiencia que me marca profundamente. Dejo atrás la mala vida.
  • A los veintidós años me licencio en Periodismo, pero ya no creo en los medios de comunicación. Tengo claro que he nacido para ser escritor. Mientras, encerrado solo en mi cuarto, devoro ensayos de autores como Nietzsche, Sartre o Camus.
  • A los veintitrés años curso en Madrid el Máster en Periodismo de El País, huyendo así de mi vida en Barcelona. Siento un vacío existencial insoportable. Mi único consuelo son autores como Fromm, Jung, Frankl, Hesse, Huxley u Orwell.
  • A los veinticuatro años vuelvo a Barcelona para hacer prácticas en la sección de economía de El País. Ahí conozco a una becaria llamada Irene. Hago un curso de fin de semana de Eneagrama que significa un punto de inflexión en mi búsqueda.
  • A los veinticinco años, leyendo a Schmedling, tengo una experiencia mística que me hace despertar. Me sumerjo en la filosofía oriental. Medito y practico yoga. Imparto mi primer curso de Eneagrama. Hago las paces con mis padres.
  • A los veintiséis años, comparto mi viaje de autoconocimiento con otros jóvenes buscadores, con quienes filosofamos sobre la obra de Lao Tsé, Buda, Jesús de Nazaret, Séneca, Osho, Krishnamurti o de Mello. Lo llamamos “Rarolandia”.
  • A los veintisiete años sigo siendo colaborador de El País, escribiendo en el suplemento Negocios y El País Semanal (EPS), desde donde fomento el despertar de la consciencia en la sociedad. Publico “Encantado de conocerme”.
  • A los veintiocho años monto el Máster en Desarrollo Personal y Liderazgo en la Universidad de Barcelona (UB). A pesar de las resistencias de esta institución, enseguida se convierte en la titulación más demandada de todas sus facultades.
  • A los veintinueve años fundo Koerentia, una consultora de change management, de la que fui socio hasta 2015. Fruto de mis experiencias viajando en solitario por Madagascar publico “El Principito se pone la corbata”.
  • A los treinta años fundo La Akademia, un movimiento ciudadano que promueve de forma gratuita educación emocional entre adolescentes. Corro una maratón en cuatro horas. Publico “El sinsentido común”. Me caso con Irene.
  • A los treinta y un años fundo el Executive and Self Development Institute (ESI) para llevar el máster a cinco ciudades de España. Este proyecto fracasa en menos de nueve meses. Aprendo acerca de cómo no hacer las cosas. Nace mi hija Lucía.
  • A los treinta y dos años imparto más de cien conferencias –incluyendo una gira por Colombia– para inspirar un cambio de paradigma en la sociedad. Cuelgo mi primera charla en Youtube. Publico “Qué harías si no tuvieras miedo”.
  • A los treinta y tres años, me invento el pseudónimo Clay Newman (“la arcilla de la que surge un hombre nuevo”) y publico “El prozac de Séneca”. Sigo impartiendo conferencias por España y Latinoamérica. Nace mi hijo Lucas.
  • A los treinta y cuatro años parte de mi obra literaria ya está traducida y publicada en 17 países, incluyendo Portugal, Francia, Italia, Estados Unidos, Argentina, Colombia, México, Perú, Uruguay, Brasil, Corea del Sur y China.
  • A los treinta y cinco años concluyo mi etapa en El País. También dejo la UB y fundo mi propio instituto. Monto el sello editorial Nuevo Paradigma y comienzo a autopublicarme. Publico con Clay Newman “Ni felices ni para siempre”.
  • A los treinta y seis años supero los 250 cursos como profesor y empiezo a ofrecer mis cursos en versión online. Empiezo a colaborar en varios programas de radio y televisión. Cuento con más de 150.000 seguidores en las redes sociales.
  • A los treinta y siete años, comienzo a trabajar en el proyecto de escuela consciente Terra, cuya finalidad es preparar a los alumnos para que descubran quiénes verdaderamente son y cuál es su auténtico propósito de vida.
  • A los treinta y ocho años lidero el crecimiento exponencial del Borja Vilaseca Institute, pasando de cuatro a 21 empleados y abriendo sedes en Colombia y Argentina. Junto con mi equipo creamos el Máster en Marca Personal.
  • Fundo Kuestiona, una comunidad educativa para personas conscientes y despiertas. Creamos los másteres sobre Mujeres Conscientes, Inteligencia Financiera, Pareja y Sexualidad Consciente y Alimentación Consciente.
  • A los cuarenta años publico el libro "Las casualidades no existen. Espiritualidad para escépticos". Supero el millón y medio de seguidores en mis redes sociales.
  • A los 41 años creo la Fundación Utópika, un conscious venture builder dedicado a crear y financiar compañías con impacto social orientadas a despertar la consciencia de la humanidad.
  • A los 42 años publico Tú eres lo único que falta en tu vida y como emprendedor social empiezo a reunirme con inversores de impacto para financiar el hub de educación consciente Utópika Labs.

…continuará